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Visitas guiadas a las excavaciones arqueológicas en la Iglesia de Santa Eulalia

A veces, cuando se inicia una obra en Toledo, el suelo de la ciudad nos sorprende, dejando al descubierto un compendio de la historia de ese lugar en forma de hallazgos arqueológicos. Esto es, precisamente, lo que ha ocurrido en la iglesia de Santa Eulalia.  Te explico lo que puedes ver en ella si quieres venir a visitarnos.

Con motivo de unas obras acometidas en la iglesia, para solucionar distintos problemas de humedad y de acondicionamiento de los espacios litúrgicos, aparecieron en el subsuelo una serie de enterramientos. La empresa Atempora, compuesta por los arqueólogos Javier Peces y Samuel Rodríguez, es la responsable de la excavación que se está llevando a cabo. La investigación arqueológica, está aportando muchos datos interesantes y desconocidos sobre el pasado de éste edificio.

Un poco de historia:

Sabíamos que la parroquia mozárabe de Santa Eulalia era una de las más antiguas de Toledo. Distintos autores atribuyen su fundación en el año 559 al rey Atanagildo, pero lo cierto es que la primera prueba documental de su existencia se remonta al año 675, fecha del XI Concilio de Toledo, al que asiste un tal Florencio, abad de Santa Eulalia de Toledo y que aparece como firmante en las actas del Concilio.

La iglesia que visitamos hoy data del Siglo XIII, y se trata de una construcción mudéjar con elementos típicos del arte mozárabe, en la que se reutilizan elementos procedentes seguramente de la antigua iglesia visigoda, como columnas y capiteles. Con el paso de los siglos, la iglesia se fue transformando, en función de los gustos de cada época. Especialmente importantes fueron las reformas llevadas a cabo en los Siglos XVI y XVII, que enmascararon su primitiva imagen.

Entre los años 60 y 70 José Manuel González Valcárcel, arquitecto de la Dirección General de Bellas Artes, y conservador arquitectónico en Toledo y Patrimonio Nacional, se encargó de restaurar el edificio, intentando devolverle su aspecto original. Su intervención eliminó elementos no originales y restituyó otros, según su criterio, basado en el conocimiento profundo de la arquitectura y técnicas de construcción mudéjar. Una intervención bastante discutida, por cierto.

La excavación arqueológica:

Pero vamos con lo que nos ocupa, que son los restos aparecidos con motivo de la obra. Al levantar el pavimento y retirar la capa más superficial de tierra, empiezan a aparecer los primeros enterramientos, correspondientes a los Siglos XVII y XVIII. Son enterramientos en fosa simple con o sin ataúd. A fecha de hoy, son los que se pueden ver en la nave central del templo.

En la nave de la Epístola, es decir, la de la derecha según miramos al altar mayor, se ha bajado aún más, quedando al descubierto el nivel de enterramientos del siglo XIII, caracterizado por fosas antropomorfas revestidas de mortero, mucho más elaboradas  que las de la nave central.

Enseguida, los arqueólogos excavaron un pozo de sondeo para verificar la profundidad a la que se halla la roca madre. En  la nave del Epístola, se encuentra a unos 3 metros, mientras que en otras partes, la profundidad es de 1.20 m aproximadamente. Entre el material extraído en el sondeo aparecen restos de cerámica romana, medieval, monedas de época de Alfonso VI, restos de las yeserías y de los revocos polícromos que en su día cubrieron los muros de la iglesia, etc.

De completarse los trabajos de investigación, podríamos resolver el misterio sobre la antigua iglesia Visigoda de Santa Eulalia, ya que bajo nuestros pies, a la vista de los hallazgos,  podemos rastrear las huellas de, al menos, dos mil años de historia. De momento los arqueólogos saben que hay tres niveles de enterramientos y restos de estructuras arquitectónicas anteriores. ¿Quién sabe? quizás podrían corresponder a la iglesia visigoda mencionada en las actas del Concilio.

Todo ello está aún por ver. Para poder continuar con las obras es necesario recaudar los fondos necesarios, puesto que el párroco, Don Javier, impulsor del proyecto, apenas cuenta con ayuda económica; tan sólo las donaciones de los feligreses y la colaboración de algunas empresas privadas.

Las visitas guiadas:

Como Guía oficial de Turismo de la ciudad, me gusta colaborar con este tipo de proyectos. Tanto yo como algunos de mis compañeros de la asociación de guías oficiales de Toledo: APIT, contribuimos con nuestro trabajo, que realizamos de manera altruista, organizando visitas guiadas cada semana. Hemos establecido un donativo mínimo de tres euros por persona, para todos aquellos que queráis descubrir esta maravilla que es la iglesia de Santa Eulalia, pero por supuesto, si decidís aportar una cantidad mayor, estaréis, no solo apadrinando el monumento, sino contribuyendo a un trabajo de investigación clave, que podréis sentir como vuestro. El dinero recaudado se dona de forma íntegra para la continuación de los trabajos.

Desde aquí os invito a que os animéis a visitar la iglesia. Estaremos realizando estas visitas mientras duren las obras y, de momento, podeis venir Viernes y Sábado en horario de tarde, y Domingos por la mañana. Os dejo el cartel con los números de teléfono a los que deberéis llamar para apuntaros. Organizamos diferentes turnos para que todo el mundo que lo desee pueda asistir. De hecho, si sois un grupo interesado, podéis contactar con nosotros para buscar un horario y una fecha en exclusiva para vosotros, incluso en dias de diario. Os aseguro que la experiencia es única, porque podréis ver el templo como nunca lo habéis visto, y además descubrir cómo se desarrolla una excavación arqueológica. Nosotros os guiaremos y resolveremos todas vuestras dudas.

 

 

Ayudadnos y difundid esta iniciativa. Nuestro Toledo, nuestro Patrimonio, necesita de la ayuda de todos, porque a todos nos pertenece.

Un saludo y hasta dentro de muy poquito!

Espero veros a todos por allí.